En los últimos años se ha producido un gran aumento de la utilización de cloradores salinos en la desinfección de piscinas debido a las grandes ventajas que presenta este tipo de cloración frente a los sistemas tradicionales. Sin embargo, antes de decidirse a instalar este método de cloración en su piscina, es necesario conocer bien sus características porque no es correcta la idea que nos venden de que «sólo le echas sal a la piscina y te olvidas».
El método consiste en añadir sal (ClNa) a la piscina para conseguir una concentración de 3.000 ppm (el agua de mar tiene una concentración en torno a 38.000 ppm). Una vez tenemos la sal disuelta en el agua, ésta se pasa por el circuito de depuración donde se ha instalado el clorador salino en serie, que genera una corriente eléctrica entre dos electrodos para producir la electrolísis del agua salada. En este proceso se obtiene sodio (Na) y cloro (Cl2) en forma de gas.
Si el pH está dentro del rango 7.1-7.3, este cloro en forma de gas se recombinará con el agua para formar ácido hipocloroso, que es el agente desinfectante para la piscina, exactamente el mismo producto que se obtiene añadiendo cloro líquido.
Este método entonces consiste en la producción de cloro «in situ», con la ventaja añadida de eliminar los aditivos no deseados (ácido cianúrico) que contiene el cloro sólido.
Es un tratamiento más beneficioso para la salud
Ya que es menos perjudicial para los ojos y la piel. Además, protege la ropa de baño al ser menos dañino que otros procesos.
Respetuoso con el medio ambiente
Respetuoso con el medio ambiente, ya que se minimiza el uso de productos químicos para desinfectar el agua.
Es más económico
Usar electrólisis salina permite ahorrar gastos, dato que también es importante para la economía familiar, ya que solo se necesita sal común y economiza agua. Además, permite simplificar el mantenimiento de la instalación, ya que no hay que estar revisando los niveles de cloro habitualmente.
Calidad estética del agua.
A simple vista podemos saber si una piscina está tratada o no con este sistema por su luz, porque su azul es diferente, mucho más bonito, seguramente por la claridad y nitidez del agua que se consigue con el clorador salino. Esta claridad de agua propia de la electrólisis salina tiene una explicación científica, y es que al hacer pasar las diminutas partículas que enturbian la piscina por la célula (o electrodo) del clorador, este tiene un efecto floculante, agrupando estas partículas y permitiendo a su vez una filtración más efectiva. Y no terminan aquí las ventajas, ya que ello nos evita la necesidad de añadir floculante líquido.
Comodidad y sencillez de uso.
La tecnología de este sistema está adaptado para que por sí solo, y aprovechando la misma energía de la bomba de la depuradora, produzca de forma automática la desinfección natural necesaria para cada caso y cada piscina, independientemente del número de usuarios y calidad de agua, ya que existen equipos particulares en el mercado pensados para cada caso. Es decir, es un sistema automático que únicamente necesita controlar el equilibrio del pH (entre un 7 y un 7,6).
Sin abejas ni avispas.
Además, y aunque científicamente todavía se desconocen los motivos, los usuarios de piscinas con electrólisis salina, han manifestado que han desaparecido las abejas y avispas, tan molestas y peligrosas para los bañistas.